Neon Blood

NEON BLOOD.  

Llevamos mucho mucho tiempo esperando a que Neon Blood nos sorprendiera con sus luces brillantes, sus implantes retro y sus calles cybernéticas. El estudio español, ChaoticBrain, nos envuelve en  un halo de misterio al estilo detectivesco de los años 2077, con guiños a la industria de los videojuegos y a otros títulos muy aclamados.  

Aunque llevamos apenas un par de horas de juego, hemos podido deleitarnos con un pixel art clásico que combina muy bien con esa paleta de colores oscuros y brillantes que tanto atrapa nuestra mirada.  

Sus personajes alocados, rezumantes a olor a metal y aceite de motor, nos llevan a través de distintos biomas para mostrarnos la crueldad de un futuro en el que los tiempos verbales se nos mezclan. Pasado, presente y futuro parecen ser un conglomerado que la mente de Axel, el protagonista y a quien nosotros como jugadores controlaremos, no es capaz de descomponer después de haber perdido la memoria.  

Él tratará de resolver quién anda detrás de los múltiples asesinatos de Blind City mientras en su propia búsqueda personal se topará con innumerables situaciones que mermarán su paciencia e hincharán sus ansias de combate.  

Las intrigas de su propio caso se mezclarán con la presión de su jefe por levantar una ciudad oscura y desalmada, impregnada de corrupción y desconfianza, en la que las desigualdades sociales se palpan en cada esquina. Este mundo distópico que termina por devorar a sus habitantes más afectados por la droga “Spark” nos invita a adentrarnos cada vez más en lo profundo de las problemáticas de aquellos desfavorecidos que luchan contra el poder descontrolado de los que manejan el dinero.  

¿Será capaz de descubrir lo que le ha ocurrido a su cabeza y llevar a Blind City a una época de prosperidad y justicia? ¿Seremos capaces de acompañarlo entre las sucias calles de una ciudad que pide sangre? ¿O terminaremos hasta arriba de “Spark” nosotros también? 

¡Solo podremos descubrirlo investigando!