Nightingale, supervivencia con estilo

Tras varios años en desarrollo, el estudio formado por ex trabajadores de Bioware, nos presenta esta aventura survival RPG fantástica con una estética especial y un apartado gráfico muy potente. La premisa es la de cualquier survival moderno. Aparte de las tareas diarias de supervivencia y crafting, tendremos que resolver algunos enigmas y ayudar a otros “colonos” en algunas tareas.

Hasta aquí todo normal. Pero en Nightingale tienen una forma particular de hacer esto. Por un lado la estética del juego es bastante particular, con un apartado gráfico muy resultón. Ya en la creación de personajes apreciamos una tendencia a presentar a los personajes como figuras de los cuadros clásicos del flamenco https://es.m.wikipedia.org/wiki/Pintura_flamenca_(siglos_XV_y_XVI

El juego quiere mostrarnos a una sociedad victoriana con toques Steampunk. Comenzamos incluso poniendo nuestros ancestros y tipo de perfil social, científico, buscavidas, militar… Un editor bastante completo y carismático.

En los primeros compases estaremos constantemente acompañados por la ayuda guiada en forma de un ser feérico, Puck, que nos irá contando, aunque sin mucho detalle, y con mucha lírica las acciones a realizar. Aquí hay que decir que no siempre se entiende bien qué quieren que hagamos, y no es fácil, porque hay un montón de contenido para el crafting y en ocasiones nos habla de máquinas como si ya las conociéramos.

Recurriremos al sistema de creación clásico de tener diferentes bancos de trabajo a los que les tendremos que proporcionar materia prima. Pero la cosa se complica porque hay todo un sistema de subproductos detrás. Para hacer cuerda, necesitaremos fibra, la fibra se saca de la carne, la carne hay que procesarla con una máquina, pero para hacer esta máquina necesitaremos tableros, que se obtienen en otra máquina a la que le tendremos que proporcionar madera de los arboles… Vamos, el clásico sistema de crafting.

El mundo es rico en materiales y no resultará difícil ir pasando los días sin morir. Porque aquí tenemos tres estados de personaje: salud, descanso y alimento. Si en alguno nos quedamos a cero, moriremos. Así que tendremos que estar atentos a esos indicadores y hacer las acciones necesarias para restituir sus niveles, no es difícil, y el juego no te ahoga en esa sensación de supervivencia extrema. Pero habrá que buscar tener siempre reservas o la forma de obtener las herramientas necesarias para subsistir.

También tendremos estados alterados como frío, rotura, calor o veneno, por decir algunos.

Encontraremos fauna de varios tipos, pero para no decir mucho, casi todos los animales reaccionaron de forma territorial, atacándonos si nos encontramos cerca. No encontraremos animales excesivamente mortales en los primeros compases, pero cuidado, porque en algunos sitios hay fieras terribles.

La aventura comienza haciéndonos buscar artefactos que nos ayuden a mejorar en estos mundos y unas cartas que serán las que nos posibiliten saltar de un mundo a otro a través de portales. Aquí es donde Nightingale se destaca de sus competidores. Mediante unas combinaciones de cartas que nos serán entregadas como recompensa, y colocándolas en una especie de artefacto que hay en cada mundo,  podremos cambiar ciertos parámetros de nuestros mundos para hacerlos más favorables a nuestros intereses.

Como ejemplo, entre unas de las cartas que encontré, el tramposo, me permitía cubrir distancias con grandes saltos, como si estuviera en la luna, sin daño por caída. A cambio, porque estas cartas tienen un contra, los elementos del mundo quedaron… Trastocados. Si talaba un árbol, lo que soltaba no era madera, si mataba un animal, no me daba carne… Y así sucesivamente. Lo curioso es que este efecto queda activo en el mundo a no ser que cambiemos la carta por otra.

Los mundos cuentan con diferentes biomas y combinaciones de fauna, dando un número casi infinito de posibilidades. He quedado sorprendido de lo bonito que se ven estos mundos. El trabajo artístico del juego es muy bueno. Detalles del agua o la vegetación están francamente bien cuidados. Y la idea de ir descubriendo diferentes entornos en nuestra búsqueda es uno de los alicientes de este juego, el sentido de la aventura, de descubrir que hay en esa gruta…